El procedimiento médico, técnico y científico formó parte de una clase práctica en el ámbito de la Anatomía Patológica, rama de la medicina veterinaria que se especializa en la investigación de las consecuencias a través de diagnósticos realizados a contar de muestras quirúrgicas, extensiones citológicas y necropsias.

Una decena de estudiantes de 3er semestre de la carrera de Técnico en Veterinaria del Instituto del Medio Ambiente (IDMA), participaron de la observación de un estudio sistemático de un cadáver animal, también conocido como necropsia, operación apuntada a determinar sus probables causas de muerte y la posible conexión existente entre el historial clínico y una eventual enfermedad que determinó el deceso del paciente intervenido quirúrgicamente mediante la revisión, tanto el aspecto externo como la revisión de los órganos internos.

La actividad de carácter pedagógica que se realizó en el laboratorio clínico-veterinario de nuestro Centro Tecnológico para la Sustentabilidad (CTS), estuvo a cargo de la médica veterinaria zootecnista (MVZ) y docente, Isabel Hernández, junto a su equipo forense compuesto por otras profesionales veterinarias, quienes desarrollaron este tratamiento post-mortem al cuerpo de un espécimen de pingüino con el objetivo de extraer tejidos y fluidos corporales de su cuerpo para, posteriormente, llevar a cabo un análisis de las mismas mediante técnicas morfológicas macro y microscópicas.

Este tipo de técnicas forenses aplicadas en animales son de suma importancia no solamente para determinar el motivo de la muerte o la situación que propició la necesidad de la eutanasia y el diagnóstico de una enfermedad infectocontagiosa o también zoonótica (enfermedades que puede transmitirse entre animales y seres humanos). Asimismo, otras de las relevancias de la realización de una necropsia tiene que ver con los requisitos exigidos durante la tramitación de seguros de animales o para utilizar su informe como documentación legal que acredite una muerte por accidente, maltrato o asesinato de un animal con el fin de conseguir una indemnización por parte del propietario.

El desarrollo del informe de este examen mortuorio consta de las siguientes etapas: descripción de lesiones, identificación del cadáver, análisis de laboratorio elaborados, revisión de la historia clínica, el diagnóstico y las consideraciones del equipo médico veterinario. La revisión detallada de los signos de lesiones del cuepo del animal, también debe considerar aspectos anatómicos como tamaño, forma, superficie, tonalidad, estabilidad y superficie. En último lugar, el registro de necropsia debe incluir la calificación medica presuntiva y diagnóstico concluyente, con sus comentarios, además de las interpretaciones y apreciaciones encuadrados en la epicrisis (dictamen médico sobre la enfermedad de un paciente) del caso analizado.