El cambio climático provocado sustancialmente por la quema de combustibles fósiles como el petróleo, carbón y gas natural con el fin de abastecer de energía a la industria y a la sociedad, se ha convertido en una de los grandes desencadenantes de la cada vez más compleja e “irreversible” crisis climática que azota al planeta y las comunidades, según lo indicado por un informe de la Organización de Naciones (ONU) publicado en agosto pasado. Problemática suscitada principalmente debido a la negación y postergación manifestada por una parte importante de las administraciones políticas de diferentes países del mundo de hacer un viraje urgente en la mencionada matriz energética hacia la generación de energías limpias provenientes de la naturaleza (sol, viento, agua o geotermia),mediante un tratamiento que ayude a reducir significativamente las emisiones de partículas y gases contaminantes a la atmosfera, como el nocivo dióxido de carbono (CO2).
En este escenario, las ventajas geográficas comparativas que tiene Chile para revertir los efectos de cambio climático a través del desarrollo de una política pública de gran escala basada en la generación, producción y distribución de energías renovables carentes de agentes dañinos para el medio ambiente son indiscutiblemente inmejorables. Esto a partir de consideraciones objetivas como el hecho de ser el país con la radiación solar más alta del mundo (principalmente a la zona ubicada en la Región de Atacama), intensos vientos de norte a sur para desarrollar energía eólica un tremendo potencial de energía marina contenida en una costa de más 6.435 km de longitud, además de una gran capacidad para producir biogás y recursos geotérmicos a lo largo de la Cordillera de Los Andes y otros cordones montañosos.
Comprendiendo estas ventajas, es urgente promover que los desafíos medioambientales trazados por los últimos gobiernos de Chile se hagan efectivos en plazos más acotados en razón de la compleja situación de vulnerabilidad que vive el país en materia medioambiental producto del actuar desregulado de la industria extractiva, como el bullado Plan de Descarbonización de la Matriz Energética con cumplimiento total al 2050 anunciado el año pasado por el presidente Sebastián Piñera. Plazos que hasta ahora no se han visto modificados, pese a los casos de intoxicación de niños y adultos y graves episodios contaminación marina y atmosférica que se han seguido repitiendo -luego de 2018- en la zona de Quintero-Puchuncaví debido al carbón utilizado por empresas como AES Gener y la Fundición Codelco Ventanas que -supuestamente- hace un año mantiene cerrada una de sus centrales como parte del mencionado plan de descarbonización.
Políticas de descontaminación y tiempos excesivamente dilatorios para su aplicación que se contraponen paradójicamente con la visión y propuestas expresadas incluso por la misma industria de producción de energía, la cual ha evaluado positivamente la gran penetración de la energía eólica, y en particular, de la solar fotovoltaica como una necesaria y viable forma de modernizar el sistema energético chileno. Así como lo estableció el estudio realizado en el 2018 por la Asociación de Generadoras –en apoyo de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa)– que plantea que, tras la implementación de un proyecto serio de reconversión y flexibilización energética, a 2030 podríamos alcanzar un 75% de generación de energía renovable, pudiendo la energía solar superar por primera vez a la producción hidroeléctrica de energía, tanto domiciliaria como empresarial.
Entonces, ¿qué falta para que Chile pueda conseguir del sol, el viento y el mar la energía suficiente para abastecer y mover a un país protegiendo biodiversidad y la vida de las personas? Nada más y nada menos que de una efectiva voluntad política y un marco normativo constitucional que ponga en el centro a la prosperidad del ser humano y al cuidado real del medio ambiente, tal como lo ha planteado por mayoría la Convención Constitucional al señalar que el trabajo de escritura de la nueva Constitución Política de la República se hará en un contexto de “Estado de Emergencia Climática y Ecológica”
Profesionales sustentables para un país sostenible y descarbonizado
Dentro de este profundo deseo de prosperidad medioambiental para Chile, se enmarca el proyecto educativo del Instituto del Medio Ambiente IDMA, que con 26 años de trayectoria y siendo pioneros en Latinoamérica en la formación de técnicos sustentables, cuenta con más de dos mil titulados con la capacidad de intervenir empoderada y activamente en la reconversión del actual modelo económico y social hacia uno sustentable y respetuoso de la tierra y nuestra propia humanidad.
En este marco, carreras como Técnico en Energías Renovables y Eficiencia Energética, impartida por IDMA desde 2009, buscan aportar en la formación de profesionales que desarrollen una mirada sistémica y renovada sobre los múltiples desafíos técnicos, económicos y socio-ambientales vinculados a la generación y uso de Energías Renovables No Convencionales (ERNC) para que éstas puedan ser aplicadas en numerosos sectores productivos y procesos industriales como la minería, tratamiento de aguas, producción de calor, entre otros.
Asimismo, los/as titulados en Energías Renovables y Eficiencia Energética de IDMA tienen como propósito aprovechar el recurso energético solar para elaborar sistemas e instalaciones solares térmicas y fotovoltaicas, como también ocupar el recurso eólico en zonas determinadas en torno a la creación de iniciativas de generación eléctrica que vayan en directo incentivo de medidas de ahorro energético y calidad en el acondicionamiento térmico y ambiental de viviendas y edificios.
Todo lo anterior, con un especial énfasis en la promoción de un pensamiento crítico y ético que busca entregar soluciones efectivas para hacer frente a la crisis climática actual, a través de la utilización de fuentes limpias y renovables de energía que contribuyan al constante desarrollo científico y tecnológico del país, la región y del mundo.
La carrera de Energías Renovables de IDMA, cuenta además con convenios con las empresas más prestigiosas del sector público y privado en temas de Energías renovables y eficiencia Energética, como DGS Alemania, Anesco Chile, Acesol y Worldskills International.
Hoy más que nunca Chile necesita Técnicos en Energías Renovables y Eficiencia Energética para construir una matriz energética 100% sustentable, renovable y limpia antes que el tiempo se nos acabe.
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Admisión 2022 – Somos ReGeneración Verde
