Una gran proporción de la función ecosistémica de polinización es desatollada por moscas. Estas lejos de ser desagradables y sucias como el común de la gente piensa, son en realidad una parte fundamental del ecosistema. A pesar de la gran importancia de estos organismos, dinámicas como la pérdida y fragmentación de hábitat han reducido significativamente sus poblaciones, siendo las especies de bosque especialmente afectadas.
En Chile existe un gran número de especies de moscas florícolas nativas y endémicas, una de ellas es Aneriophora aureorufa. Esta mosca pertenece a la familia Syrphidae y es una especie especialista de bosques adultos en la zona centro sur de nuestro país. Sus principales recursos florales son el ulmo y la peta, y sus larvas son muy dependientes de humedad, siendo una especie muy sensible a cambios ambientales y degradación de hábitat. Este 10 de octubre la revista científica internacional Journal of Insect Conservation publicó una investigación realizada por el docente IDMA e investigador de la ONG Ecogeografía Sr. Alberto Alaniz, la cual fue realizada en colaboración con la investigadores de la Universidad de Los Lagos y la Universidad de la Frontera. En este estudio se identificó que esta especie ha perdido un 68.3% de su hábitat a nivel histórico y un 5% en los últimos 15 años. El estudio reveló que en la zona norte de su distribución (Araucanía), la especie perdió un 89.9% de su hábitat a nivel histórico y un 21% del hábitat remanente entre el 2000 y el 2014. Por otro lado, el estudio identificó que la especie posee un gran déficit en cuanto a conservación en áreas protegidas, especialmente en la zonas más afectadas de su distribución (Araucanía).
Al estar tan vinculada a los bosques adultos, está mosca puede considerarse un indicador del estado de estos bosques en Chile Centro-sur, los cuales han sido seriamente afectados por el cambio de uso y cobertura de suelo.
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