Con la participación de sus 194 Estados Miembros, esta nueva versión de la conferencia internacional sobre salud pretende ser un punto de inflexión hacia el reconocimiento definitivo -al 2030- de un conjunto de teorías y prácticas diferentes a la medicina oficial, rescatadas e instaladas en una sociedad que “tradicionalmente” no ha explorado esa medicina, pero que sin embargo, gracias a la evidencia empírica de su efectividad en procesos de sanación y control del dolor llevados a cabo de manera mancomunada con técnicas convencionales de salud, su adhesión y valoración social año a año sigue en ascenso.
Junto con objetivo de “poner fin a la emergencia sanitaria” generada por la pandemia del Covid-19, a través de la implementación de una mejor estrategia de distribución de tratamientos y vacunas, la 75ª Asamblea Mundial de la Salud, a realizarse en Ginebra (Suiza) desde el próximo 22 al 28 de mayo, también tendrá como uno de sus focos principales el profundizar en la discusión de avanzar formalmente hacia la construcción e implementación a nivel mundial de denominada medicina integrativa o medicina integrativa complementaria, es decir, un sistema de unificación de la medicina alternativa y complementaria con la medicina convencional o tradicional, tal como lo define la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Así quedó de manifiesto en el reporte preparado por el organismo de las Naciones Unidas (ONU) especializado en salud y que será expuesto por su director, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Documento que, junto describir con bastante detalle los actuales desafíos sanitarios de nuestro planeta, contiene una evaluación de la aplicación mundial de su Estrategia sobre Medicina Tradicional 2014-2023 y el reconocimiento institucional que -hasta 2018- han realizado 170 Estados Miembros respecto al uso de la medicina tradicional integrada a las distintas disciplinas de la salud complementaria.
“Según el informe mundial de la OMS sobre medicina tradicional y complementaria de 2019, el número de países que disponen de un marco legal y reglamentario para la medicina tradicional y complementaria ha pasado de 79 en el año 2012 a 109 en el año 2018, y sigue aumentando. Varios países han aprobado leyes y políticas en esta esfera, o ampliado las ya existentes, o bien están trabajando en ese sentido. La infraestructura para la gobernanza de la medicina tradicional y complementaria en los países también ha mejorado de forma significativa. El número de países con oficinas nacionales dedicadas a la medicina tradicional y complementaria aumentó de 89 en 2012 a 107 en 2018”, consigna el Objetivo estratégico número 1 propuesto por el director general de la OMS apuntado al Desarrollo de una base de conocimientos para la gestión activa de la medicina tradicional y complementaria por medio de políticas nacionales apropiadas para este fin.
En sintonía a lo anterior, la institución más importante del mundo en temas de salud plantea su disposición a “promover la cobertura sanitaria universal por medio de la apropiada integración de los servicios de medicina tradicional y complementaria en la prestación de servicios de salud y la autoatención de salud”, esto último en especial consideración a que “el número de Estados Miembros con programas nacionales de medicina tradicional y complementaria aumentó de 58 en 2012 a 79 en 2018”, sumado a que “los países siguen esforzándose por integrar la medicina tradicional y complementaria en todos los niveles de la prestación de servicios de salud, en particular mediante paquetes mínimos de servicios primarios, centros de bienestar, clínicas del dolor y consumo de plantas medicinales de fabricación local”.
Reconocimiento de la medicina complementaria
Esta incipiente valoración e interés de incorporar modalidades de sanación alternativas a las políticas sanitarias públicas de los países suscritos a la OMS, quedó explicitada “en la resolución 69/131 (2014) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que proclamó el 21 de junio Día Internacional del Yoga y reconoció la contribución del yoga a las mejores prácticas encaminadas a la adopción de mejores estilos de vida individuales”. Reconocimiento que se agrega a la resolución 74/2 (2019) sobre la cobertura sanitaria universal que insta a los Jefes de Estado y de Gobierno y los representantes de los Estados y Gobiernos, a “renovar su compromiso con el logro de la cobertura sanitaria universal para 2030,” comprometiéndose, “entre otras cosas, a estudiar «medios para integrar, según proceda, los servicios de medicina tradicional y complementaria que sean inocuos y tengan base empírica en los sistemas sanitarios nacionales o subnacionales, particularmente en la atención primaria de la salud, de conformidad con el contexto y las prioridades nacionales», releva el informe elaborado por la principal autoridad de OMS.
Del mismo modo, la publicación destaca que desde 2014 que la Secretaría de la OMS viene trabajando continuamente en la elaboración de normas y criterios, documentos técnicos, terminologías e instrumentos internacionales para ofrecer a sus Estados Miembros y otras partes interesadas normas mínimas de referencia para la prestación de servicios de medicina tradicional, complementaria e integrativa de calidad, seguros y eficaces.
En este sentido, entre las publicaciones recientes de la OMS figuran cuatro criterios de referencia para la práctica de la acupuntura, el tuina, la medicina ayurveda y unani, un documento técnico sobre la interacción de las plantas medicinales con otros medicamentos, un documento técnico sobre la medicina tradicional y complementaria en la atención primaria de salud y una aplicación móvil sobre Yoga.
Asimismo, recientemente se ha publicado un documento sobre terminologías internacionales normalizadas relativas a la medicina tradicional china. Está en marcha la elaboración de otros documentos y herramientas técnicas, como la Farmacopea Herbaria Internacional de la OMS. Se espera que a lo largo del bienio 2022-2023 se publiquen varios productos técnicos, entre ellos criterios de referencia adicionales para la formación y la práctica de diferentes modalidades de medicina tradicional, complementaria e integradora; un conjunto de herramientas y orientaciones para garantizar la seguridad y mejorar la calidad de la acupuntura; y un proyecto sobre la integración de la medicina tradicional y complementaria en los sistemas de salud, que incluye el desarrollo de herramientas conceptuales y de evaluación conexas. Además, se han llevado a cabo estudios en los países sobre modelos adecuados para la integración de la medicina tradicional y complementaria en los sistemas de salud; la rehabilitación basada en la medicina tradicional, complementaria e integradora; y los requisitos reglamentarios aplicables a las plantas medicinales.
