El paisajismo sustentable y sostenible se ha vuelto en los últimos años una práctica más común en nuestra sociedad, debido a los distintos factores climáticos, derivando en nuevas técnicas aplicables en esta área en respuesta a los problemas ambientales. Estas nuevas prácticas se utilizan en todas las fases de paisajismo, incluido el diseño, la construcción, la implementación y la gestión de paisajes residenciales, comerciales y públicos.
Pero esta nueva tendencia no solo es un factor recurrente en un grupo determinado de individuos, sino que también en los distintos organismos públicos y privados encargados de hermosear y darle vida a la ciudad, es aquí cuando las interrogantes abundan y la necesidad de especialistas en el área escasean.
Las ciudades significan un desafío importante a la hora de planificar sus áreas verdes. Darle un sentido sustentable a los parques públicos y privados, plazas y jardines son una atractiva alternativa ante la pérdida de naturaleza que enfrentan las urbes de todo el mundo.
Ante este escenario, es necesario formar personas ambientalmente consientes y capaces de entregar soluciones sostenibles en el ámbito de las áreas verdes urbanas y rurales, mediante la aplicación de estándares ambientales, como el manejo ecológico del agua y de la flora nativa. En esta línea, IDMA lleva 15 años formando técnicos paisajistas multifuncionales, facultados para caracterizar y diagnosticar paisajes, empleando soluciones sostenibles y sustentables.
Pero, ¿Qué significa implementar un paisaje sostenible y cuáles son sus beneficios?
Sergio Ortiz, Jefe de Carrera del Área Ambiente Sustentable de IDMA, que abarca las carreras de Paisajismo, Construcción y Medio Ambiente, no responde estas interrogantes.
Un paisaje sostenible debe ser atractivo visualmente, pero por sobre todo tener un equilibrio con el clima, con su entorno y con el ambiente que lo rodea, de bajo impacto y que requiera una cantidad mínima de recursos”. En tanto, sus beneficios “dependerán del diseño, de las especies seleccionadas, de la intervención del espacio y de la funcionalidad, ya que de estos factores dependerá el costo de mantención, la reducción en el consumo de agua y de productos químicos. Todo esto conlleva a que sus principales beneficios sean de carácter ambiental, visual y de reducción de costos.
Esta corriente de desarrollo urbano sostenible, cada vez más vigente en nuestros tiempos, deja atrás y repara en algo el impacto ambiental causado por el desarrollo industrial. Paralelamente, involucra a la sociedad con el entorno natural y genera conciencia sobre los efectos de nuestra existencia en el planeta.