La investigación de carácter empírica y cualitativa, realizada por nuestra alumna Karina Astudillo Hinojosa en la zona amazónica de la ciudad de Puerto Maldonado de Perú, tuvo como objetivo central, probar si efectivamente el proveer de diferentes tipos de estímulos ambientales que busquen contribuir a la recuperación o el desarrollo de conductas específicas propias de una especie animal, mejorando así su bienestar físico y psicológico, pueden ser aplicados en tucanes y otras aves exóticas con el fin de determinar, en primera instancia, el estado de estrés emocional que éstas puedan sufrir a raíz de una situación particular derivada del cautiverio, un accidente o situación traumática; y en segundo lugar, verificar si estas especies pueden reinsertarse normalmente a su hábitat natural luego de finalizado dicho ciclo terapéutico. Asimismo, el trabajo de titulación llevado a cabo por la estudiante, debido a su calidad técnica y rigurosidad metodológica, además de su relevancia a nivel veterinario, fue recientemente publicado por la revista internacional “Journal of Veterinary Behavior”, vinculada a la editorial holandesa especializada en contenido científico, técnico y médico, Elsevier; y el cual contó con el apoyo académico de nuestro docente Alberto Alaniz y la jefa de la carrera de Técnico en Veterinaria, Ana Francisca Soto, como también de investigadores de la Universidad de Santiago de Chile (Usach).

A partir de un viaje realizado en marzo de 2020 a la Amazonía peruana ubicada en el sector suroriente del río Madre de Dios, Karina Astudillo Hinojosa, estudiante de la Escuela de Salud Animal del Instituto del Medio Ambiente (IDMA), tuvo la posibilidad de realizar su trabajo de titulación a partir del desarrollo de una investigación científica en el ámbito de la etología animal, específicamente, a través de la implementación de un programa de enriquecimiento ambiental en un tucán garganta blanca (Ramphastos tucanus) que sufrió un accidente al estrellarse sobre una de las instalaciones de la Reserva Ecológica Taricaya. Asociación sin fines de lucro dedicada a la conservación de la biodiversidad ubicada en la zona amazónica de la ciudad de Puerto Maldonado de Perú, en donde la joven de 24 años pudo estudiar y atender al ave afectada durante un período de 3 meses, aproximadamente, con el fin concretar un proceso de recuperación terapéutica -compuesto por varias etapas y diferentes tipos de estímulos- apuntado a resolver y mejorar los problemas físicos y conflictos emocionales generados por diferentes situaciones presentadas determinado momento que pueden perturbar y trastornar el equilibrio interno y social de los animales.

“Siempre he tenido bastante fascinación por los animales exóticos, especialmente los que habitan en zonas selváticas. Y a contar de esta atracción, y luego de conversar con un amigo y compañero de la carrera -de Técnico en Veterinaria- que realizó su práctica en Perú, me motivé a ir también a ese país con la idea de realizar mi tesis de grado. Así que me comuniqué con el profesor Alberto Alaniz –geógrafo y docente de IDMA- para que me orientara acerca de este proyecto a nivel académico facilitándome varios textos y estudios relacionados al enriquecimiento ambiental en animales. Y cuando llegué a Perú, me di cuenta que muchos técnicos y médicos veterinarios habían realizado sus tesis en torno al estudio de diferentes animales, pero no aves. Y cuando fui a visitar este centro de rescate Taricaya, divisé a un tucán que estaba mal herido, sin plumas y en pésimas condiciones en general, luego de que un mes antes de que yo llegará éste chocara en contra de una casa ubicada en esta zona, siendo rescatado por personal de la Reserva y puesto ahí para que se recuperara y conviviera con otro tucán más joven que, lamentablemente, en algunas ocasiones lo atacaba picaba, situación que le hacía aumentar su estado de estrés”, contó la estudiante de Veterinaria de nuestra casa de estudios respecto al contexto y las condiciones en qué surgió la posibilidad de hacer su investigación científica.

Posteriormente, Karina Astudillo, al observar y confirmar el problema de comportamiento de esta ave piciforme, realizó una evaluación etológica y una anamnesis preliminar (recopilación de información que permite efectuar un diagnóstico sin contar con un historial clínico) a través de una conversación con las personas encargadas de este centro de rescate animal amazónico. “El tucán, luego de que fuera auxiliado por voluntarios y revisado por un veterinario de la Reserva, no recibió ningún tipo de proceso de enriquecimiento ambiental ni dieta acorde a sus necesidades nutricionales, lo que hizo que su situación empeorara. Por ese motivo, me dirigí al veterinario de turno, y le comenté que tenía la intención de hacer mi tesis como técnica veterinaria, ya que me había percatado que el tucán estaba triste y con un comportamiento de inseguridad y deseaba darle una nueva vida. Ofrecimiento que fue aceptado por la Reserva, autorizándome a comenzar con el proceso de enriquecimiento ambiental aplicando mis criterios y la asesoría recibida por el profesor Alaniz, con la condición de informar contantemente sobre todas las actividades y acciones que iba a desarrollar”, comentó la joven oriunda de Buin sobre el área de estudio, los objetivos y el tipo de investigación llevada a cabo.

Etapas y resultados de la investigación

Una vez finiquitados temas administrativos y la planificación académica de la investigación, Karina Astudillo inició formalmente la etapa práctica del proceso de rehabilitación mental y fisiológico del ave mediante el desarrollo de lo que se denomina como enriquecimiento físico, entendido como la modificación del tamaño o los elementos que alteran negativamente el recinto en donde se encuentra un animal, a partir de la ampliación del perímetro de la zona de encierro hasta la incorporación de bases naturales, vegetación, colocaciones planas y verticales (ramas, troncos, cuerdas y plataformas), y las barreras visuales, que tienen como fin la creación de diferentes áreas funcionales (Bloomsmith et al., 1991; Newberry, 1995).

“Durante las primeras dos semanas del proyecto, me dediqué a limpiar el hábitat en donde estaba el tucán, ya que estaba lleno de palos y basura que, básicamente, no le iban a servir para nada. Por eso tapé todos los hoyos que tenía el espacio, para que el tucán no se escapara. Luego de limpiar completamente el lugar, y después de documentarme con varios paper sobre este tema, comencé a aplicar un enriquecimiento del ambiente físico en donde estaba el tucán, elaborando nuevos comederos para que se alimentara y posaderos para que se sentada y también pudiera saltar, ya que los tucanes tienden a saltar para moverse de un lado al otro. Luego, comencé a ubicarme en un lugar en donde el tucán no me viera, con el fin de no intervenir en sus actividades diarias, anotando en mi cuaderno y escribiendo en mi computador todos los comportamientos que él hacía cada una hora durante 10 minutos, desde que comenzaba a saltar en unos palitos hasta las veces que movía su cabeza, por ejemplo. A la semana siguiente, le hacía enriquecimiento alimenticio en base a un pellet especial para tucanes que yo comencé a dárselo, además de fruta como plátanos y pepinos cortados en trozos bien pequeños, ya que por el tipo de pico que tienen los tucanes no pueden comer alimentos muy grandes, así que le que ponía estos pedazos de fruta en los comederos y cubriéndolos por hojas para que él, primero, picoteara las hojas y, luego, sacara la fruta y se la comiera”, comentó la alumna acerca de las distintas acciones realizadas durante la primera etapa de desarrollo de la mencionada terapia veterinaria.

Esta intervención estandarizada consistente en sesiones de involucramiento en actividades físicas y cognitivas orientadas a optimizar y dignificar las circunstancias ambientales que influyen en el bienestar animal, ocupadas por Karina Astudillo para recuperar al ave estudiada, continuaron con un procedimiento de enriquecimiento sensorial consistente en una técnica estructurada que busca afinar diversos sentidos de una especie mediante la estimulación visual (por ejemplo, televisión), auditivo (música, vocalizaciones), olfativo (especias, extractos, olores de otros animales), táctil (cabezas de cepillos, telas con texturas) y gustativo (alimento congelado, jugos), etc. (Bloomsmith et al., 1991; Brousset y Galindo, 2004).

“Con una grabadora, comencé a ponerle sonidos de otros tucanes, pero en estado silvestre, y él respondía emitiendo sus sonidos, comportamiento que vino de la mano con otros cambios positivos como mostrarse más activo, comer mucho más, mejorar su plumaje, entre otros. A las semanas siguiente probé nuevamente con enriquecimiento auditivo, pero con sonidos de depredadores, manifestándose más nervioso y amenazado, lo que me permitió confirmar que sus sentidos auditivos y mentales estaban recuperándose”, indicó la estudiante.

Este proceso, según Karina Astudillo, duró aproximadamente 3 meses en total (entre abril y junio de 2020), en donde cada semana asistía 3 días a la Reserva Ecología Taricaya, ubicada en la ciudad de Puerto Maldonado, para trabajar prácticamente a jornada completa en el desarrollo de conjunto de acciones terapéuticas apuntadas a optimizar y mejorar las circunstancias ambientales que influyen en el bienestar de una especie animal, en este caso un tucán, a través de técnicas de control de estrés generado por estados de cautiverios prolongados o algún tipo de evento traumático que puedan propiciar algunas conductas estereotípicas o cuadros de depresión que afecten la cotidianidad o, incluso, terminen con la muerte de un animal, incentivando la presencia de comportamientos naturales que reduzcan el riesgo de la aparición de patologías anexas.

“Básicamente, lo que busqué probar fue si el enriquecimiento ambiental era efectivo en un ave que estaba estresada. Y para determinar eso, tuve que primero identificar el tipo de estrés que tenía el tucán, para después implementar este grupo de medidas que beneficiar un ambiente y el bienestar físico y emocional de los animales que viven en él. Por ello, mi tesis científica se centró en averiguar si aves en cautiverio que están muy estresadas y en malas condiciones físicas pueden cambiar su estilo de vida, lo que logré en muchos aspectos. Por lo tanto, debido a que en esa Reserva Ecológica no había personal veterinario especializado en aves, gran parte del procedimiento que realicé fue gracias a la información que recabé revisando y leyendo artículos y paper académicos sobre el tema a los que tuve acceso yendo los fines de semana al pueblo más cercano para poder conectarme a internet y así buscar información, y también revisar los correos que me enviaban profesores y otros investigadores que me ayudaron”, sostuvo Karina Astudillo.

En el mismo sentido, la alumna comentó que luego de finalizado este proceso terapéutico “la idea era dejar en libertad al tucán para ver si él podía reincorporarse a su hábitat natural, pero según lo que me contaron los encargados de la Reserva, luego que regresé a Chile, soltaron al tucán – que aún sigue vivo- y cuando emprendió el vuelo a los minutos después regresó al mismo lugar, tomándose la decisión de dejarlo vivir en el lugar como animal residente, y aplicándole el mismo programa de enriquecimiento que yo desarrollé en mi investigación”.   

Reconocimiento científico internacional

Precisamente, los interesantes alcances científicos obtenidos de la investigación efectuada por la egresada de la carrera de Técnico en Veterinaria de IDMA en el campo del enriquecimiento ambiental en aves exóticas, fueron los requisitos necesarios para permitir dar paso a la fase de validación y acreditación de la exposición documental del trabajo investigativo en cuestión a partir de una revisión de pares evaluadores, expertos en la temática investigada y de un comité editorial, enfocada a la transmisión pública de los resultados de su estudio a través de una publicación científica abocada a contribuir a robustecer las discusiones académicas, tanto en el ámbito académico formal como de la sociedad en general, en este caso, en el área de la asistencia veterinaria.

El texto titulado “Recuperación conductual rápida basada en el enriquecimiento ambiental de un tucán de garganta blanca (Ramphastos tucanus: Ramphastidae) afectado por trauma por colisión” , debido a su calidad técnica y rigurosidad metodológica, además de su relevancia a nivel veterinario, fue recientemente divulgado por la revista internacional “Journal of Veterinary Behavior”, vinculada a la editorial holandesa especializada en contenido científico, técnico y médico, Elsevier.

“El profesor Alaniz, luego de revisar mi informe de tesis, y todo el contenido de trabajo realizado durante programa de enriquecimiento ambiental que apliqué a este tucán, y él me dijo ´tu informe está súper bueno, así que te voy ayudar que se publiqué´ para que más gente pueda acceder a ese contenido, ya que este tipo de investigaciones no son tan vistas o publicadas. Así que el profesor se contactó la revista y les envió mi paper y todos los anexos del trabajo que yo había realizado en la Reserva Ecológica Taricaya y, luego, tras 4 o 5 meses de revisión del comité editorial de la revista, me comunicaron que el estudio sería publicado, lo que me puso muy contenta por todo el trabajo realizado y las conclusiones que pude llegar”, finalizó Karina Astudillo.

Revisa el estudio completo ingresando al siguiente enlace.