Por primera vez en la historia nuestro país tiene una ley que promueve el uso racional y eficiente de los recursos energéticos, la que permitirá en 2030 reducir la intensidad energética en un 10%, ahorrando US$15.200 millones y disminuyendo la emisión de 28,6 millones de tonelada CO2.
Después de su paso por la cámara mixta del Congreso y la revisión de ambas salas, se ha aprobado en Chile por primera vez en su historia una Ley para la promoción y desarrollo de la Eficiencia Energética. Un proyecto que nació de una moción senatorial en el año 2018 y que fue tomado por el Ministerio de Energía en una de sus primeras gestiones dentro de la actual administración, y que pasó varias veces por ambas salas, ya que constantemente se veía que se podía aumentar su alcance.
Hace ya años que Chile está de forma decidida trabajando en la transición energética, más aun, se ha puesto como meta no sólo participar, sino que ser líder regional y global. Sin duda esta reconfiguración de la matriz energética mundial representa una oportunidad maravillosa para Chile. Para un país cuya industria es intensiva en energía, tal como es la minería y la agricultura, no es menor pasar de ser importadores de combustibles fósiles a aprovechar la energía local renovable, la que más encima, es una de las más competitivas a nivel mundial.
Sin embargo, hasta esta fecha, habíamos decidido correr esta carrera con una sola pierna. La política pública energética casi en su totalidad se había enfocado en las renovables eléctricas, sin considerar de fondo la Eficiencia Energética (EE). Para la Agencia Internacional de Energía la EE es la piedra angular de transición energética. Según esta misma agencia en su escenario de cumplimiento global de metas para controlar el cambio climático, la EE aporta un 42% de la solución y la ERNC un 40%. No sólo eso, la participación de la EE es aún mayor en el corto y mediano plazo: primero porque la madurez de la tecnología permite esta implementación en el plazo y magnitud requeridas (mientras no soluciones sus desafíos en almacenamiento y transporte, las ERNC tienen limitado su nivel de penetración, como se vio en los blackouts de California de hace pocos meses) y segundo, porque el uso eficiente e inteligente de la energía es el habilitante para la mayor participación de las renovables u otras medidas a posteriori.
Por eso es una gran noticia que al fin contemos con una Ley de Eficiencia Energética, si bien la industria de la EE había crecido de forma importante en los últimos años, es muy importante contar con un instrumento de política pública de primer nivel para aprovechar todo su potencial.
Más aún es una excelente noticia por el tiempo en que nos llega, marcado por el esfuerzo de superar la crisis del Covid19 en una Recuperación Sostenible. El crecimiento de la EE, tanto como industria de prestación de servicios y equipamiento, como en su implementación dentro de los distintos consumidores, nos permitirá crear trabajos de calidad que reducen costos y aumentan la competitividad de nuestra industria nacional. Las medidas de EE son aquellas soluciones virtuosas que nos permiten ganar al mismo tiempo en los ámbitos sociales, ambientales y económicas, con efectos inmediatos que se mantienen en el tiempo.
Saludamos la aprobación de la Ley de EE, sabemos que esto es el inicio de una nueva etapa en un usos eficiente e inteligente de la energía en Chile. Estamos consientes que cada uno de los instrumentos de política publica que esta ley crea: el Plan Nacional de EE, la Gestión de Energía en grandes consumidores, el etiquetado de viviendas, la gestión de edificios públicos y los estándares en los vehículos, requieren mucho esfuerzo para su implementación, por lo que como gremio de empresas de EE, ANESCO Chile AG, estará disponible para las autoridades y consumidores, para desarrollar e implementar este paso fundamental de Chile hacia la Recuperación Sostenible y la Carbono Neutralidad, con toda la expertiz técnica y de la experiencia de la implementación de todos nuestros socios.
Fuente: Anesco Chile A.G.
