A raíz de la masificación en redes sociales del video “Save Ralph” el cual relata la crueldad y sufrimiento que experimenta un conejo debido a los distintos experimentos que hacen en él, es relevante hacer hincapié en el impacto que provoca el testeo en animales y concientizar acerca de esto.

Las pruebas en animales remonta desde hace siglos y con distintos métodos, pero su práctica sigue presente en distintas industrias y permitida en muchos países a pesar de las controversias.

La principal industria que hace pruebas de este tipo es la cosmética. Al año, a nivel mundial, mueren aproximadamente 500 mil animales en laboratorios de esta área. Tal como plantea la Médico Veterinaria y Jefa de Carrera de Técnico en Veterinaria de IDMA, Ana Francisca Soto, “el testeo en animales se relaciona principalmente con productos de uso humano o veterinario, el cual se prueba en animales de laboratorio. Esto puede generar daño a nivel físico y mental en los animales, sobre todo cuando se realizan testeo de productos de limpieza o cosméticos”

Las principales pruebas que se realizan en animales son las de test de Draize y Dosis Letal 50. El primero consta de aplicar sustancias en los ojos de conejos durante 7 días quedando muchos de ellos ciegos y al final del estudio todos son sacrificados. El segundo, consiste en exponer a los animales a distintos componentes con el fin de saber qué cantidad podría consumir un humano, el estudio finaliza cuando el 50% de estas especies mueren.

Existen otras series de experimentos como: toxicidad de dosis repetidas, pruebas de carcinogenicidad, toxicidad reproductiva, entre otras. Todas estas con un final letal para las especies.

En Latinoamérica, Brasil, México y Argentina son aquellos que lideran la lista de experimentación de animales en las que 5 millones son víctimas de estas prácticas.

Experimentación en Chile

La dureza de estos experimentos ha provocado conmoción en la población y, por lo tanto, ha llevado a que algunos países prohíban estas prácticas. Son 40 países en el mundo que han tomado cartas en el asunto.

En cuanto a nuestro país, a pesar de existir la Ley N°20.380 que busca proteger a los animales, este no contempla instituciones privadas ni relacionadas con cosmética. Además, el Reglamento del Sistema Nacional de Control de Cosméticos no exige pruebas, pero tampoco las condena, generando la instancia a distintas empresas a seguir con las experimentaciones. Es por esto que desde el 2017 se interpuso la campaña Cruelty Free y el 2020 propuso un proyecto de ley en el Congreso con el fin de prohibir las pruebas animales en cosméticos, productos de limpieza del hogar e higiene personal.

De avanzar esta ley, el país podría ponerse al nivel internacional, quienes van más adelantados en materia de prohibición.

Nuevas alternativas para hacer frente al testeo animal

El uso de los animales no es la única forma de asegurar que un producto esté apto para su comercialización, gracias al avance de la tecnología se han podido implementar otros métodos de experimentación. Según explica la doctora Soto “en los últimos años se ha avanzado en cuanto a modelos de piel (células y tejidos in vitro), presentando características muy cercanas a las de la piel humana en su estado natural, lo que permite la evaluación de la seguridad y eficacia de ingredientes. Otra alternativa es la impresión de tejidos tridimensionales o bio-impresión, que permite la producción de modelos de piel”.

“Cada vez hay más marcas que han dejado de testear en animales. Se podrían generar más campañas de difusión sobre este tema, para que las personas puedan empatizar y elegir productos no testeados en animales”, señala Soto. Dentro de este contexto, una de las marcas que ha decidido impartir rumbo en la conciencia animal y ambiental es Karité Cosmetics, un emprendimiento nacional de cosmética natural.

Su fundadora es la periodista Madelaine Campos, quien debido a su alergia y la de sus hijas decidió, por sus propios medios, hacer sus productos hace más de 10 años de manera natural sin componentes que dañen el medio ambiente y cruelty free. Esto se potenció y avanzó aún más al ser una protectora de los animales “yo era rescatista, rescataba perritos en la calle (…) Entonces con esa misma conciencia me di cuenta de lo cruel que es experimentar con animales y cuando nació Karité supe que debía seguir con ese sello, el de no tener testeo en ellos”.

Si bien una encuesta realizada por la ONG Te Protejo junto a Inside Research arrojó que el 74% de los chilenos consideran que las pruebas en animales son malas y un 72% que estas prácticas deben ser prohibidas en el país, para Madelaine, las personas aún no son del todo conscientes del impacto de los experimentos en distintas especies, sino que “hay más consciencia medio ambiental que animal”. Sin embargo, hace una invitación a probar las distintas marcas que ofrecen cosméticos naturales, que se informen y no tengan miedo de usar cosas nuevas.

Es importante tomar el peso a las consecuencias que trae consigo el uso de animales en experimentos, las empresas deben cumplir con medidas de transparencia al momento de desarrollar sus productos y dar la oportunidad de elegir a las personas si usarlos o no. Es hora de comenzar a tomar un camino a favor del medio ambiente y las diferentes especies que habitan el planeta, evitando el especismo y apuntando a un futuro en que la relación animal y humano sea más amigable.

Fomentar prácticas como el veganismo, que podría ayudar a reducir el efecto invernadero producido por la industria ganadera, la compra de productos naturales que no tengan componentes tóxicos para la salud y medio ambiente, además de aplicar políticas más tajantes en cuanto a utilización de animales en testeo podría llevar a un futuro más próspero y justo para todos y todas.