El Instituto Polar Wilson Center advierte el crítico momento por el que está pasando la región polar, cuya importancia radica en que regula las temperaturas de nuestro planeta haciéndolo habitable. A través de su informe advierten que nos dirigimos hacia puntos de inflexión que, de no tomar medidas, generarán graves repercusiones. 

La investigación “Crisis Climática y Resiliencia del Océano Austral” se centró en identificar el impacto que ha tenido el actuar humano en la Antártida y sus consecuencias. Dentro del informe se identificaron procesos claves interconectados en el Océano Austral que están siendo gravemente afectados por la crisis climática y se seleccionaron 5 de ellos como temas prioritarios, estos son: cambios en la dinámica del hielo marino y de la capa de hielo, cambios en la química del océano, aumentos en la temperatura del océano, cambios en la bomba biológica de carbono, alteraciones en los ecosistemas y especies.

La Antártida es, básicamente, el termostato del planeta y ésta define cómo actuará el clima en distintas partes del mundo como, por ejemplo, en la floración de los cerezos en Japón y también en sucesos de nuestro desierto de Atacama. De acuerdo al científico Edgardo Vega, el continente antártico influye en la claridad de los cielos de este desierto, el cual posee la característica de ser uno de lo más aptos para observar el universo, además declara que sus altas temperaturas se deben principalmente a “la influencia de la Antártida sobre la corriente oceánica que sube por las costas chilenas”.

Además, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó el récord de temperatura máxima para la Antártida de 18,3° en la estación de Esperanza en Argentina. Esto solo demuestra cómo el cambio climático está afectando las temperaturas a un ritmo más rápido de calentamiento, casi 3° en los últimos 50 años, de acuerdo a lo que plantea el secretario general de la OMM, Petteri Taalas. 

¿Qué está pasando en la Antártida?

El océano Austral conecta las cuencas oceánicas mundiales, regulando el almacenamiento, las temperaturas, el transporte de oxígeno y nutrientes. Sin embargo, está pasando por momentos críticos.

Se está presenciando un retroceso importante de los glaciares, calentamiento del océano, pérdida del hielo marino, cambios en el ecosistema, desplazamiento de las especies que habitan esa zona, y más. Estos cambios en la zona polar provocan distintas consecuencias tanto a las especies como a los humanos, entre ellos el aumento del nivel del mar, alteración de los patrones climáticos, temperaturas cambiantes en los océanos, alteración de la productividad de pesca y otros aspectos que abarcan el hábitat de especies y estados del océano.

Acciones como reducir la emisión de los gases de efecto invernadero en distintos sectores, establecer áreas marinas protegidas con el fin de resguardar las distintas especies de la zona, actualizar estrategias de gestión y resaltar estrategias preventivas en cuanto a la pesca, podrían evitar situaciones irreversibles. 

Andrea Capurro, Investigadora Visitante en la Universidad de Boston y co-autora del informe, afirma “La Antártida está llegando a umbrales críticos y la vida en el mundo está en línea directa de los efectos cascada. La protección de las áreas que están en más riesgo debido a la crisis climática, como la Península Antártica, no sólo nos ayudará a revivir la biodiversidad allí, sino que también ayudará a estimular la resiliencia de los ecosistemas marinos lejanos. Además, nos permitirá monitorear los efectos a largo plazo de los estresores humanos, como la pesca. De esta manera, al nutrir su salud, estamos nutriendo la nuestra. Al desarrollar su resiliencia a la crisis climática, estamos estimulando la nuestra”, concluyó.