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¿Cómo alimentar al mundo de forma sostenible?

17 Ene 2020 | Admisión, Agricultura Ecológica, Noticias

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Por Carolina Morales. Ing. Agrónoma, Directora CTS IDMA

Argumentos para el cuidado de nuestra salud y del planeta desde la agricultura ecológica.

El auge de la agricultura, ganadería y alimentación ecológica es una realidad que va más allá de lo que se califica como moda o tendencia. Es un hecho que involucra a todos los sectores productivos de nuestro sistema alimentario, y por tanto, es indiscutible que despierta gran interés, curiosidad, dudas e incluso posiciones adversas dentro de las distintas esferas de la sociedad, desde los/las consumidores a las grandes empresas agroindustriales.

Hoy es el momento y la urgencia de hablar de la necesidad de cambio en nuestro sistema agroalimentario como uno de los grandes retos de la sociedad. Abastecer de alimentos (sanos y seguros) suficientes a una población mundial creciente, en un planeta de recursos finitos y afrontando hechos que van desde la emergencia climática por la que atraviesa el planeta, hasta el desperdicio de alimentos, por tanto, sin duda, es una RESPONSABILIDAD DE TODAS Y TODOS.

Desde la revolución industrial, la agricultura convencional o industrial, basada en el uso de insumos químico-sintéticos se ha planteado como práctica agrícola aceptada, como norma generalizada, en algunos casos, considerada como la única forma de producir. Esta agricultura industrializada que busca maximizar la productividad y rentabilidad, está basada en la exagerada mecanización de las labores y fertilización química sintética, uso de monocultivos, organismos genéticamente modificados (OGM), entre otros, precisa urgentemente de alternativas respetuosas tanto con la salud de las personas como con el medio ambiente. Hoy y en los últimos años se están manifestando problemas globales como la escasez de agua, malnutrición (el hambre, obesidad y enfermedades relacionadas), el suministro excedentario y los costes adicionales, la contaminación de los alimentos, además de la pobreza, emergencia climática y la crisis financiera.

La agricultura ecológica se ha convertido en una alternativa sostenible a los graves problemas que ha causado la agricultura convencional, y cada vez obtiene mayor importancia en el mundo y el país, dado el incremento en el consumo y el incremento de las superficies de producción. Hoy, los criterios en la elección de compra de los consumidores son la salubridad e inocuidad de los alimentos ecológicos, además de la preocupación por la protección del medio ambiente, el bienestar de las personas y animales constituye también una motivación válida y fundamental para esa elección.

Actualmente tendencias y movimientos sociales impulsan la premisa sobre “somos lo que comemos”, donde también se conjuga con el concepto de que el acto de comer implica una responsabilidad colectiva que va de la tierra al plato, es decir como un acto político que implica tener poder al momento de elegir que consumir, teniendo en consideración sobre lo que cuesta producir, desde distintas aristas tales como sociales, éticas, energéticas, económicas, culturales, huella hídrica y de carbono, entre otros.

Por tanto, la alimentación y agricultura ecológica responden a una demanda de la sociedad que exige medidas sobre la protección del medio ambiente y la calidad de los alimentos, haciendo hincapié en la necesidad de no utilizar a lo largo de la cadena de producción sustancias químicas sintéticas ni organismos modificados genéticamente (OMG), no seguir mermando la biodiversidad nativa de los territorios, estableciendo urgentemente estrategias de re-generación de  agroecosistemas, custodiando en todos los niveles el conocimiento local y cultural además del bienestar de las personas y animales.

CONTRIBUCIONES MEDIOAMBIENTALES

Los análisis más profundos y recientes apoyan la percepción de que los sistemas de agricultura ecológica son más respetuosos con el medio ambiente, que los sistemas agrícolas convencionales.

La agricultura ecológica tiene un impacto positivo sobre el medio ambiente a través de las siguientes evidencias:

  • La no generación de residuos contaminantes
  • Evita la degradación de los ecosistemas
  • Lleva a cabo prácticas vinculadas y coordinadas con los procesos naturales, respetando los ciclos naturales de los cultivos, favoreciendo la retención del agua y el equilibrio ecológico.
  • Recicla los nutrientes incorporándolos de nuevo al suelo en forma compostada y humificada
  • Valora la funcionalidad de las parcelas agrícolas
  • Garantiza el control biológico de las plagas y enfermedades para proteger los cultivos
  • Almacena  carbono en el suelo por tanto contribuye a la mitigación del cambio climático

CONTRIBUCIONES SOBRE LA CALIDAD DE LOS ALIMENTOS Y LA SALUD

El concepto de salud abarca la totalidad y la integridad de los sistemas vivos. No se trata solamente de la ausencia de enfermedad, sino del mantenimiento del bienestar físico, mental, social y ecológico de los individuos y sus ecosistemas. Así los suelos saludables producen cultivos saludables que fomentan la salud de los animales, de los seres humanos y del planeta como uno e indivisible. La inmunidad, la resiliencia y la regeneración son características claves para la salud.

Las contribuciones de la agricultura ecológica al área de la salud se focaliza en producir alimentos que contribuyan a la atención sanitaria preventiva y al bienestar común, con alta calidad nutricional de los productos, libre de residuos (restos de nitratos, fitosanitarios, medicamentos de animales y/o aditivos alimentarios) que puedan tener efectos adversos para la salud y el medio ambiente.

CONTRIBUCIONES SOCIALES

La alimentación es una de las necesidades básicas del ser humano. Y el hambre su enemigo. Hasta hoy el debate mediático se centra en el (supuesto) menor rendimiento de la agricultura ecológica. Debe recordarse que a escala mundial, la productividad de la agricultura no se presenta como un inconveniente, de hecho, la productividad de los sistemas alimentarios ha superado las necesidades de la población mundial desde los años sesenta. Si más de 800 millones de personas todavía tienen hambre, es una cuestión de pobreza, injusticia social e inequidad y no de producción. Todo ello promovido por el sistema alimentario globalizado, basado en modelos intensivos de producción, enorme desperdicio de alimentos y especulación de los alimentos más básicos que suponen la dieta de gran parte del planeta.

La agricultura ecológica per se no puede resolver todas estas contradicciones, sin embargo, su potencial para proporcionar alimentos suficientes que permitan alimentar a la humanidad abre la puerta a la creación de un nuevo tipo de sistema alimentario, basado en principios de producción agroecológica. Se considera además que la agricultura ecológica puede alimentar al mundo si se combina con otras acciones, como por ejemplo reducir la producción de ganado vacuno y el consumo de carne, así como reducir el desperdicio alimentario.

Es por eso que el papel del consumidor es clave para impulsar este sector y que los medios de comunicación, educación, fomento e investigación centren sus esfuerzos en impulsar y fomentar la agricultura ecológica. Es fundamental y necesario contar con recursos humanos que tengan especialización en agricultura ecológica para el país, ya que, un capital humano debidamente capacitado en esta área permitirá impulsar procesos de transición agroecológica y/o mejorar agroecosistemas actuales sostenibles mediante la innovación en los diversos y extensos territorios de comunidades agroalimentarias del país, siendo agentes de cambios que logren ser un verdadero aporte en la básico y fundamental para el ser humano: La Alimentación.

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