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Opinión: ¿El Renacimiento del Carbón? … ¿Acuerdos Climáticos quedan en Incertidumbre?

2 Ago 2022 | Energías Renovables, Noticias

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En efecto, con las olas de calor extremas en el hemisferio norte, el despertar post pandemia de la economía global y la escasez de petróleo y gas natural debido a la guerra de Rusia en Ucrania; se ha producido un problema de suministro de combustibles a nivel mundial, permitiendo que el carbón vuelva a renacer y ocupar un lugar prioritario para uso sobre todo en generación eléctrica. A pesar de ser el combustible más contaminante y a pesar de todos los acuerdos de reducción de emisiones de GEI para combatir el cambio climático.

 

Por Rodrigo Valdovinos Flores, jefe de la carrera de Técnico en Energías Renovables y Eficiencia Energética IDMA  (rodrigo.valdovinos@idma.cl)

 

Debido a la escasez de petróleo y gas natural, las principales economías del mundo aumentaron las compras de carbón superando en este primer semestre 2022 todo los adquirido en el 2021.  Asimismo, la competencia mundial por importar este combustible fósil ha generado aumento del precio luego de años de precios bajos y escasas inversiones en nuevos yacimientos.

Exactamente hace un año (agosto 2021) el valor del carbón se tranzaba en U$130 la tonelada, hoy los valores rondan los U$400. Cabe señalar que en agosto del 2020 la tonelada se tranzaba en U$50. Un aumento impensado, si miramos los avances en materia energética realizados a la fecha.

Situación similar ha tenido el petróleo. El aumento del precio ha sido entre el 45% al 60% con peak que han llegado al doble de lo que se tranzaba en igual mes el año 2021 en torno a los U$62 el barril del crudo.

El caso del gas natural, el aumento has sido en un 150%. De un valor de U$4 en el 2021 hoy se encuentra en U$ 8,5 con peak de U$10 por MMBtu, es decir un aumento al doble su valor a nivel mundial.

Evolución precio Carbón (https://markets.businessinsider.com/commodities/coal-price)

Frente a esta situación y los efectos que produce la quema de combustibles fósiles y el cambio climático, la pregunta es: ¿Qué paso con las promesas de reducciones de emisiones, los acuerdos suscritos por 190 naciones el 2015, el IPPC, los desafíos para enfrentar el cambio climático, las metas de 1,5 °C, etc., etc.?… Sin duda este renacimiento de consumo de carbón es para asegurar un suministro energético eléctrico estable a pesar todo lo anterior.

Los países que han liderado la incorporación de energías renovables y han generado políticas de “CERO” carbón al 2030, hoy se encuentran entre los principales importadores de carbón. Medidas que han generado la sensación de volver a “fojas cero” en materia climática, pero son medidas necesarias. Como dice el artículo de WSJ escrito por Jenny Strasburg y Phred Dvorac: “En estos momentos la opinión es qué más carbón es mejor que más Rusia”.

El continente europeo ha sido el territorio que ha liderado este aumento de compras de carbón, asegurando disponer de un flujo de electricidad constante y al menos estable para suplir las necesidades energéticas sobre todo del sector residencial y comercio. Bueno, no queda otra opción luego del corte de gas natural desde Rusia al continente y pensando en el invierno que se avecina en el hemisferio norte.

El aumento del uso de carbón no solo ha sido en Europa, grandes economías como EE. UU, India, China entre otras, han incrementado las compras e importación, incluso han generado un aumento en las inversiones en un 10% comparado con el 2021, generando en las empresas carboníferas ganancias que duplican en el primer semestre 2022 todas las ganancias del año 2021.

A los analistas del clima, les preocupa el aumento de uso de carbón en China, debido a que el gigante asiático es el mayor emisor de GEI del mundo y que genera la mitad de electricidad a carbón del mundo.

Todos los expertos en clima han expresado la preocupación por los acuerdos suscrito en torno a reducción de emisiones de GEI y el aumento del uso del carbón. Los analistas esperan que sean medidas a corto plazo, pero la incertidumbre en bastante alta debido a interrogantes como: ¿cuándo terminará la guerra en Ucrania? ¿Qué pasará luego con Rusia? ¿Y las nuevas inversiones en gas natural que se están planificando? Todas son medidas válidas para enfrentar la escasez de combustibles, pero no justifican que sean de largo plazo.

Las naciones hacen lo que pueden para que las medidas sean de “corto plazo”, evidenciando contratos de compra de carbón más bien “apresurado” y evitando la firma de nuevos contratos a futuro. Los analistas climáticos lo ven como una medida urgente, pero no permanente, sin embargo, la incertidumbre e interrogantes están presente.

A nivel nacional, esta escasez de combustibles fósiles y el aumento del precio ha repercutido de forma directa e inmediata al núcleo de la economía local. Economía que tiene una matriz energética aún con una clara dependencia de los combustibles fósiles sobre todo en para generación eléctrica y para uso finales tales como transporte, usos térmicos industriales, usos térmicos residenciales (agua caliente sanitaria, calefacción, cocción, etc.), entre los principales. El dicho es antiguo, “Sube el petróleo, sube todo”.

Para el caso de la energía eléctrica, el tema fue problemático. Coincidió con los ajustes del valor de la energía eléctrica que estaban estancados en actualización, con el aumento del precio de los combustibles. Acá se tuvo que ser creativo y disponer de las arcas fiscales para mantener un precio acorde a los niveles de ingresos de los chilenos y también recurrir a la Ley de Estabilización de Tarifas Eléctricas” (próxima a promulgarse) para poner freno a un alza brusca en el precio de la energía eléctrica, pero también actualizar los valores según tramos, como indica la Ley. Los precios subirán, pero el aumento será por tramos de consumo en los clientes regulados. Sin duda un subsidio más para los combustibles fósiles.

El caso del aumento del precio de los combustibles primero repercutió considerablemente en el transporte, con un aumento del 70% del precio de las gasolinas y petróleo. En cuanto al kerosene requirió un tratamiento especial para enfrentar la época de invierno al ser un combustible esencial para calefacción residencial. Acá igualmente se promulgó una Ley (Fondo de Estabilización de Precios del Petróleo – FEPP), que permitió incorporar U$40 millones de dólares para frenar y contener el precio del kerosene en torno a los $1000 por litro. Literalmente 40 millones de dólares que se harán humo, pero la medida va en directo beneficio de las familias.

El caso del GLP (gas licuado de petróleo), principal combustible para la cocción y el calentamiento de agua a nivel nacional, el aumento del costo del kilogramo de gas fue notado con mayor preocupación (las familias reconocen mejor el consumo y gasto de gas licuado). A igual mes del año pasado, el costo de GLP en el usuario final era de unos $1100 el kilogramo. Hoy el precio bordea los $1700 el kilogramo (aproximadamente $25500 el cilindro 15 kilos) eso si para un usuario de ciudades centrales, para usuarios de zonas extrema el precio del cilindro de 15 kilos bordeaba los 35 a 40 mil pesos. Casos especiales en zonas muy extremas incluso llegaron a 60 mil pesos el cilindro de 15 kilos.

A problemas inmediatos, medidas urgentes. Las medidas que se han tomado a nivel mundial son variadas, sobre todo pensando en soluciones que puedan aportar o suplir las necesidades energéticas a diferentes niveles y en los distintos sectores, sobre todo de pequeña escala. Acá incorporar el uso de energías renovables sobre todo la energía solar, es una medida ya establecida por países europeos que han acelerado su incorporación, tanto para generación eléctrica y sobre todo para generación de calor nivel residencial, comercio y pequeña industria. El desafío es de mediano plazo, generando aportes directos a las energías renovables versus subsidiar los combustibles fósiles.

La Agencia Internacional de Energía, indica que, para avanzar de manera acelerada las metas de acá al 2030 es la instalación de uno 400 millones de nuevos sistemas solares térmicos que ayudarán a restringir el uso de combustibles fósiles en la generación de calor de baja temperatura. Tecnología probada y comprobada en ese uso con beneficios económicos, energéticos y ambientales. También hace un fuerte llamado a incorporar eficiencia energética, sobre todo en la industria y comercio.

En materia de energía eléctrica, se debe acelerar la incorporación masiva de uso de sistemas fotovoltaicos en diferentes tamaños. Además de propender a disminuir las barreras y generar incentivos para sistemas residenciales, comerciales e industrial de pequeña y baja escala.

En proyectos de gran escala, es necesario comenzar desde ya a mejorar la infraestructura energética de distribución. Más proyectos de energía renovable para generación eléctrica tanto solar, eólico, hídrico de pequeña escala e hidrógeno (futuro cercano), ven una incertidumbre, debido a poder llevar la energía generada a los usuarios finales.

Claro está que para poder avanzar aceleradamente se necesita sobre todo voluntades. Las tecnologías de energía solar tanto eléctricas como térmicas permiten reducir claramente la dependencia de combustibles fósiles sobre todo en el nivel residencial. En los niveles más altos, incorporar eficiencia energética a nivel de mejoras energéticas en los procesos productivos, actividades y equipamiento, es un pilar prioritario que se debe seguir divulgando e implementando.

La idea es darnos cuenta y reconoce que estamos en el siglo XXI y que no debemos dejar de depender de combustibles, teniendo a nuestro alcance los privilegios que nos estregas las energías renovables. Títulos como “Crisis Energética”, “Estrechez Energética” o “Desabastecimiento Energético” … Son títulos del siglo pasado. La energía solar está ahí, la tecnología existe, solo falta voluntad y trabajo colaborativo.

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