El jueves 29 de julio, cinco meses antes que termine el 2021, la Tierra entró en Sobregiro Ecológico de acuerdo con la información revelada por la Red Global de la Huella Ecológica de WWF.

Según el centro de investigación internacional, todos los recursos que puede renovar la naturaleza ya están agotados, concluyendo que los seres humanos vivimos como si tuviéramos recursos disponibles de 1,7 planetas Tierra.

Debido a la pandemia por COVID-19 y el impacto en términos de movilidad y actividad económica, el Sobregiro Ecológico de 2020 se atrasó para el 22 de agosto. No obstante, el planeta ha vuelto a los índices anteriores a la crisis sanitaria, adelantándose al sobregiro del 2019, que también fue el 29 de julio.

Para Ricardo Bosshard, director de WWF Chile, “Esta situación es preocupante y viene ocurriendo desde 1970, cuando el sobregiro se estimó para el 29 de diciembre. Sin embargo, cada año la humanidad ha ido agotando antes los recursos, lo que refleja un modo de producción y consumo insostenibles en el largo plazo”.

Sobregiro Ecológico en Chile

Este concepto se refiere a la fecha en que la utilización de recursos y servicios naturales (huella ecológica) sobrepasa lo que la Tierra puede generar en un año (biocapacidad). Esto sucede porque los recursos son cosechados antes de lo que vuelven a crecer.

El 17 de mayo, un día antes que en 2020, nuestro país entró en Sobregiro Ecológico Nacional lo que nos convierte en el primero a nivel latinoamericano en agotar sus recursos ambientales. Estos datos hablan de la urgencia en comenzar a tomar medidas para reducir la huella ecológica y la protección a la biodiversidad.

De acuerdo a la información disponible en footprintnetwork.com Chile posee una biocapacidad de 3.4 hectáreas globales por persona (gha) y una huella ecológica de 4.3 gha, lo que produce un déficit de 0.9 gha.

Para el jefe de carrera de Medio Ambiente de IDMA, Sergio Ortiz, una de las formas de reducir la huella ecológica es “como primera medida, comprender en que nos encontramos en una crisis climática y ambiental, en la que todas y todos debemos generar acciones de cambio, mejorar las condiciones de habitabilidad, fomentando viviendas sostenibles, incentivar y llevar a la práctica la reutilización y el reciclaje, utilizar aparatos energéticamente eficientes e incorporar energías renovables, disminuir el consumo y usar en el día a día productos amigables con el medioambiente, preferir un transporte sostenible y generar acciones de reducción y reúso del agua, entre otras acciones que podamos llevar a nuestra vida cotidiana y que permitan reducir el impacto ecológico. Hoy es sumamente necesario ser conscientes frente a esta realidad, pero por sobre todo, consecuentes”. Sostuvo el docente.