La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 16 de septiembre como el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, con el objetivo de sensibilizar a la población sobre su importancia de conservación y protección.
La contingencia mundial como la pandemia de COVID-19 y cambio climático nos demuestran que es urgente trabajar en la protección del planeta y así evitar desequilibrios que generen problemas a nivel mundial.
Este año se celebran los 36 años de la Convención de Viena y de la protección de la capa de ozono a nivel mundial.
Lo que debemos tener sumamente claro es que la capa de ozono (O3) es una franja de gas muy frágil y sumamente importante para la vida en el planeta, la que nos protege de los efectos nocivos de los rayos solares y que está en peligro por el uso que se hizo durante años de determinados productos químicos. Gracias al esfuerzo en conjunto entre las distintas autoridades del mundo se ha logrado eliminar y reducir el uso de estas sustancias que agotaban la capa de ozono, permitiendo que en la actualidad haya disminuido considerablemente la radiación ultravioleta del sol que llega a la Tierra protegiendo la salud humana y los ecosistemas.
A todo este esfuerzo y trabajo en conjunto que ha logrado revertir la dramática situación de algunos años atrás, se suma la existencia de distintas tecnologías que han sido un real aporte a la disminución de impacto que producen ciertas sustancias que contaminan el planeta. La permanente creación de nuevas tecnologías creadas en base a productos no dañinos para el planeta seguirán contribuyendo en la preservación de la capa de ozono.
Todo este logro ambiental a nivel mundial nos refleja que la organización y colaboración transversal permite grandes resultados climáticos.
