Cada 24 de agosto se conmemora el día de nuestros pulmones verdes a lo largo de todo el territorio nacional. El último en integrarse como parque nacional en nuestro país fue el Nonguén, convirtiéndose en el 42.

Después de dos años, la Reserva Nacional Nonguén pasó a ser un nuevo Parque Nacional que alberga más de 105 especies de vertebrados, algunos en estos en estado de conservación.

Entre los ejemplares están la Carmelita de la Concepción, el Cangrejito Tigre, Monito del Monte, Güina, Pudú y zorros. También, este lugar protege al bosque caducifolio, parte importante de la flora del Biobío, el cual fue emplazado en gran parte por cultivos agrícolas y plantaciones forestales y, asimismo se encuentra el Michay de Neger, planta endémica de la región que está en peligro de extinción.

Con el ingreso de este nuevo parque, el Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Estado (SNAPE) queda constituido por 42 parques, 45 reservas nacionales, 18 monumentos naturales y con una superficie de 18.616.766.47 hectáreas.

Importancia de los parques nacionales

De acuerdo con la Convención de Washington, los parques nacionales se pueden definir como “Regiones establecidas para la protección y conservación de las bellezas escénicas naturales y de la flora y la fauna de importancia nacional, de las que el público pueda disfrutar mejor al ser puestas bajo la vigilancia oficial”.

Estos son generalmente de carácter extenso, en los que hay diferentes ambientes únicos o representativos de la diversidad biológica, normalmente no alterados por parte de los seres humanos.

En estos tiempos de pandemia hay que recordar la influencia que tiene la naturaleza en los seres vivos y en evitar la proliferación de este tipo de virus como el COVID-19 que lleva más de un año en la vida de todos y todas.

Los parques cumplen un importante rol en la preservación de la biodiversidad, además de su gran potencial científico, paisajístico y educativo. Gracias a la creación de estos es que se protege distinta flora y fauna de las zonas, también contienen hábitats vitales para el resguardo de los animales y plantas y, absorben carbono de forma natural ayudando en la mejora del clima.

En este contexto, según Protected Planet Report “Las áreas protegidas han sido durante mucho tiempo una herramienta de gestión exitosa para conservar la biodiversidad, y sin ellas, la pérdida global de biodiversidad probablemente sería aún mayor”.

También presentan un gran valor en términos económico y sociales, puesto que gracias a ellos se puede fomentar el desarrollo económico local en base al turismo y las visitas que pueden llegar a ver esta área.

Los avances que se han obtenido en el país en materia de conservación son destacables, sin embargo, no hay que olvidar que existen más desafíos entorno al tema y es necesario seguir poniendo énfasis en ello.  

El cuidado de estos pulmones verdes es, sin duda, una gran herencia que se le puede otorgar a las próximas generaciones, lugares que podrían brindarle una mejor calidad de vida y protección tanto a las distintas especies como a los seres humanos. Es misión de todos y todas procurar mantener en buen estado estas áreas para pensar en un futuro más verde.