→ Por Paola Cerda, Rectora CFT IDMA
Históricas fueron las elecciones de los días 15 y 16 de mayo, la voz de la ciudadanía se ha visto representada en sus votaciones y ha quedado a la vista la necesidad y urgencia de avanzar con perspectiva de futuro, las grietas del modelo de sociedad que hemos tenido hasta ahora son más visibles que nunca, hoy tenemos una oportunidad única de ser el país que soñamos, con aires renovados.
Hoy la Convención Constituyente es una realidad, con paridad de género, participación de pueblos indígenas y con 48 independientes que serán protagonistas de escribir la nueva Carta Fundamental que regirá el destino de nuestro país de cara al futuro. Además, observamos con alegría que aumentó la participación de mujeres en Alcaldías y Concejalías, lo que nos da señales acerca de que sí es posible modificar aquello que creíamos parecía esculpido en piedra, se abre una real posibilidad para que la nueva Constitución sea una Carta Magna Ambiental.
Solamente con el propósito de compartir algunos datos, observamos que los resultados de estas elecciones reflejan un significativo avance de la participación de mujeres en política y en los espacios de toma de decisiones, según ONU Mujeres el porcentaje de mujeres electas para alcaldías aumentó de un 11% en 2016 a un 23% de representatividad en 2021. Mientras que en las Concejalías subió 15% respecto de las últimas elecciones, permitiendo que un 39% de mujeres asuman estos cargos. Espacios que históricamente han sido ocupados por hombres hoy suman nuevos liderazgos, nuevas ideas y nuevas perspectivas encarnadas en mujeres.
En la misma línea, hemos visto nacer la primera Convención Constituyente paritaria del mundo, será la primera vez que las mujeres tengan voz y voto en un aspecto tan fundamental y relevante para el país como es escribir la nueva Constitución. 77 escaños serán ocupados por mujeres y 78 por hombres, permitiendo acercarnos a pasos agigantados al diseño de un Estado con perspectiva de género, inclusivo y paritario, en el cual se nos garantice que los derechos de las mujeres se verán reflejados en la construcción de políticas públicas en salud, derechos sexuales y reproductivos, educación, seguridad social y empleo.
La elección de mujeres, de jóvenes e independientes, además de renovar la política, trae consigo la esperanza certera de que se incorporarán nuevos aires, argumentos y preocupaciones para el destino de nuestro país, lo que se conecta ineludiblemente con generar un Estado Constitucional Ambiental, que entienda al medio ambiente como sujeto de derecho, el cual nos propicia como habitantes de la posibilidad de vivir en entornos sanos y libres de contaminación.
Por consecuencia, surge como una necesidad incorporar nuevas estrategias para la resolución de los conflictos socioambientales que se han venido desarrollando hace años en nuestro país, y en ello hay una oportunidad, considerando que de los 155 ciudadanos escogidos para redactar la nueva Constitución, al menos 77 han declarado abiertamente en sus propuestas y programas sensibilidad con el medio ambiente y la naturaleza. Por lo tanto, existe un consenso mayoritario en temas de naturaleza, recuperación y acceso del agua como un Derecho Humano fundamental, propuestas de una economía no extractivista, protección de los glaciares y del ciclo hidrológico de las aguas, prevención frente a la extinción de especies y el derecho a vivir y crecer en un ambiente saludable.
En este contexto, ¿sabían que por segundo año consecutivo Chile es el primer país latinoamericano en agotar sus recursos naturales?, no queda duda alguna que el modelo actual no responde a las necesidades y urgencias de estos tiempos. Desde nuestros inicios, IDMA, ha trabajado en la formación de profesionales comprometidos con la construcción de un país sustentable, respetuoso de nuestro entorno y socialmente justo y hoy es evidente que juntos hemos recorrido el camino correcto. Desde nuestras diferentes disciplinas y desde la labor formativa, hemos ido construyendo nuevas posibilidades de sociedad representadas en nuestros titulados, docentes y comunidad educativa. Es por esto que continuamos creyendo que es posible vivir con un modelo de desarrollo que evite las zonas de sacrificio, revirtiendo los efectos del cambio climático y resguardando nuestros ecosistemas, un modelo que reconozca los Derechos de la Naturaleza y de sus ciclos vitales, que proteja y a su vez impida la degradación de ríos, bosques y territorios. Ponemos en perspectiva el desarrollo en armonía con la naturaleza, la solidaridad y empatía con las generaciones futuras y con las múltiples especies que conforman nuestro ecosistema.
Hoy más que nunca, sabemos que debemos seguir transitando el mismo camino, seguir impulsando el desafío de proteger a los animales, de luchar por la soberanía alimentaria, el buen vivir, el derecho humano al agua, de incorporar las energías renovables limpias y a bajo costo para la ciudadanía, instalando la posibilidad de construir sin destruir.
En la discusión de la nueva Constitución, nuestro proyecto educativo cobra más valor que nunca, desde hace muchos años que hemos puesto en el debate público la relevancia de contar con una visión ecocéntrica, respetando el equilibrio ecológico y la solidaridad con las futuras generaciones, estos elementos serán protagonistas de esta discusión y estamos felices por ello, porque podemos afirmar con alegría que como comunidad IDMA tenemos mucho que decir, desde nuestros distintos espacios de incidencia y en la voz de aquellas mujeres, que especialmente tendrán la posibilidad de ser protagonistas en paridad de la Carta Fundamental que guiará nuestro destino hacia una sociedad sustentable.
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