Se aproxima el fin de este 2021, y con ello, el momento de realizar balances acerca de un año que, debido a la aún latente pandemia del Covid-19 y los diversos cambios políticos y sociales generados en Chile a partir de octubre de 2019, estuvo marcado por los constantes sentimientos de incertidumbre y de esperanza en torno al deseo de que se pueda materializar una mejora sustantiva en la calidad de vida de la sociedad en su conjunto a partir del proceso político en curso marcado por el proceso constituyente y de cara al comienzo de un nuevo gobierno que asumirá en marzo de 2022.
En este contexto, y mientras estos cambios se concreten idealmente en un corto y mediano plazo, resulta indispensable, en consideración del cuidado de la salud mental y la mantención de la armonía interna de las personas, poder contar con instancias de convivencia que nos permitan reflexionar y fortalecer vínculos con la familia y otras personas con quienes hemos forjado lazos de afectividad e intereses en común en distintos momentos de nuestras vidas.
De esta manera, festividades como la navidad y el año nuevo simbólica y culturalmente han sido entendidas como tradicionales instancias de reunión tendientes al fortalecimiento del sentido de pertenencia, el reconocimiento, la aceptación y el compromiso dentro de nuestros círculos afectivos, especialmente para niños y niñas que ven y ponderan esta celebración –a consecuencia de procesos globales de hegemonía cultural, especialmente la cristianización- como parte trascendental de sus biografías personales plasmadas en el desarrollo de diversas prácticas y rituales de interacción social.
Sin embargo, fiestas como la navidad, debido a los efectos culturales derivados del sistema económico imperante, se han transformado en acontecimientos sociales que paradójicamente atentan contra su sentido original basado en el cultivo de la unión familiar y también perjudicando aún más el equilibrio del medio ambiente, a partir de la exacerbación de uno de los valores fundamentales del modelo de convivencia social del neoliberalismo como lo es el consumo exagerado o más bien conocido como consumismo.
Formas de transacción de bienes y servicios mayoritariamente influenciadas por el marketing del mercado que han convertido, en este caso, el acto de “ir de compras navideñas” en una inducida forma que han asumido las personas de entregar afecto a través de la adquisición de productos generalmente innecesarios y principalmente compuestos por materiales contaminantes. Fiesta de fin de año capitalizada por el mercado que, sin duda, ha conllevado un impacto bastante negativo para el medio ambiente y, de la misma manera, un obstáculo para el desarrollo de una vida sostenible y con menos contaminación, producto del aumento de los residuos devenidos especialmente de los envoltorios de los regalos, la utilización de baterías y pilas para juguetes para niños fabricados con elementos contaminantes y tóxicos, además del excesivo despilfarro energético proveniente de las luces y adornos ocupados para ambientar distintos espacios con motivos navideños.
¿Podemos tener una navidad sostenible? ¡Sí!
Ante esta problemática suscitada por la acumulación de desechos devenidos de la costumbre o hábito de manifestar cariño a través regalos generalmente compuestos con productos que contaminan y atentan contra el medio ambiente, la opción de incentivar la conciencia medioambiental de una manera coyuntural en estas festividades culturales y comerciales como la navidad puede ser el inicio para el replanteamiento de comportamientos de consumo orientados hacia la sensatez y conciencia medioambiental, considerando la cada vez más irreversible crisis climática que vive el planeta y que al mismo tiempo ha deteriorado gravemente de la vida cotidiana de las comunidades y de los ecosistemas.
Es por esto que el incentivo de acciones de reciclaje que ayuden a transformar los descartes materiales de los regalos que se hacen en navidad como el papel, el cartón, el vidrio, algunos plásticos, metales, ropa y textiles en materias primas para nuevos productos, se ha convertido en una obligación moral para muchas personas que han podido desarrollar o comenzado a forjar una conciencia medioambiental, precisamente, a partir de ejercer un consumo más responsable y desde una mirada sostenible.
Pero, ¿cómo hacer que el consumo navideño no se convierta en consumismo incontrolable -y muchas veces adosado a la deuda- y gire hacia al camino de la sustentabilidad y la conciencia ecológica? Acá algunas sugerencias:
- Haciendo algunas simples reflexiones, a partir de preguntas como ¿es una buena idea esa compra? ¿ocurrirá algo malo si se realiza esa compra? ¿Es realmente útil lo que estoy comprando? Si la respuesta es no, entonces se podría incurrir en un acto de consumismo.
- Optar por regalar experiencias y vivencias especiales. ¿Cómo? Realizando una invitación a comer, al cine, al teatro o cualquier otra actividad cultural o de esparcimiento como un paseo en pareja, amigas o familiares.
- Si vas a regalar un obsequio físico, evita el sobre-empaque, los papeles plásticos para envolver, las cintas y bolsas que entregan en locales comerciales.
- Si puedes, elige productos elaborados por emprendedores locales, tanto pata los regalos como para la cena navideña.
- Utilizar hojas naturales, papel kraft o papel reciclado para envolver regalos o decorar espacios.
- Guardar envoltorios, papeles y cintas de regalos para poder usarlos en la navidad del próximo año.
- Evita las tarjetas de papel: las postales digitales son una gran opción para estas fechas festivas de fin de año.
- Juguetes limpios: Si quieres ayudar al planeta para que no se siga llenando de basura, la compra de juguetes de madera o materiales reciclados que no incluyan pilas ni baterías, pueden ser una muy buena opción.
- Luego de terminadas las festividades, separar y seleccionar los envoltorios de los regalos o productos utilizados en la cena navideña para llevarlos y depositarlos en puntos limpios más cercanos a tu domicilio o también contactar a los mismos proveedores para solicitar su retito, y así fomentar la economía circular.
